El abeto
por J.M. Caballero Bonald
La mujer fue trasladando las bolsas al dormitorio. A un lado amontonó las que contenían productos perecederos y, al otro, las de los juguetes y adornos de variada aplicación. El abeto lo dejó afuera, en el pasillo. La mujer observó el resultado de su tarea y la encontró bien hecha. Luego se acostó. Las compras la habían fatigado y ya era bastante tarde. Una vez dormida advirtió que se le había incorporado al sueño un roce anómalo, como de arañazos en la pared. Pensó en el abeto un segundo antes de no pensar en nada. El abeto era de plástico, pero llevaba incorporado un práctico mecanismo de crecimiento. A juzgar por los síntomas, tenía que haberse producido algún desajuste en la maquinaria, pues las ramas del abeto taponaban el pasillo de modo selvático. La mujer ni siquiera necesitó despertarse para comprender que estaba atrapada.
Joooo, os voy a echar muchisimo de menos :( pero sera ameno... jajajajaja Os quiero.
ResponderEliminary yo
ResponderEliminarpero lo que no echo de menos es madrugar =)
belen comentas en todos los lados madre mia jajaja
Ya es que me aburro mucho :) pero se que me quereis
ResponderEliminarJAJAJA Que bien los microrelatos que tanto gustaron en clase :)! Hay que reconocer que este es bonito :$.
ResponderEliminarPd: Feliz Navidad a todos/as.
CHICAS/OS FELIZ NOCHE DE REYES!
ResponderEliminarQue os traigan muchas cosas los Reyes Magos. A por cierto nos vemos el Lunes. ¿ QUE BIEN EEEEH ? JAJAJA
Un beso.
A mi me van a traer carbón Patri, y a ti también. :P
ResponderEliminarUn beso.
JAJAJAJA Bueno tampoco hemos sido tan malas ¿no?
ResponderEliminarseguro que nos traen algo mas los pobres ;)
2 besos prr.