1. HABITACIÓN DE HOTEL. (Por Rubén Cerrato)
El cuadro pintado por Edward Hopper ilustra a una mujer sentada en la cama deL hotel en el que se hospeda y que está cerca de su trabajo. Tiene en sus manos una carta que acaba de recibir, es de su novio y en ella le dice que no puede soportar más la distancia, que tiene que elegir entre volver al pueblo o quedarse en la ciudad. Después de tanto tiempo hospedado en esa habitación, que hasta ahora había sido su hogar, en ese momento le resultaba excesivamente pequeño y asfixiante. Está pensando que debería volver al pueblo: allí podría realizar el mismo trabajo que hace en la ciudad y así podría estar con Juan Carlos, su novio. Se imagina como será su vuelta.
Su autobús no sale hasta dentro de dos días pero ella ya tiene su equipaje preparado. El tiempo se le hace eterno, no puede soportar la idea de perder a su novio, llevan juntos desde la infancia. Ha intentado contactar con él por teléfono pero en el pueblo las comunicaciones son complicadas. Tiene miedo de que su decisión sea irrevocable y de que cuando llegue allí sea demasiado tarde. A su cabeza vienen muchos recuerdos, su relación ha sido muy difícil ya que sus familias tenían problemas entre ellos, pero a pesar de la prohibición de sus padres, ellos seguían viéndose, se iban al río, a jugar a los parques...se iban los dos de casa a escondidas para verse y veían amanecer y anochecer cada día. En definitiva, crecían y se hacían mayores juntos.
Ayer fue su último día de trabajo en la fábrica de confección, fue muy duro ya que allí había hecho muchas amigas, habían pasado mucho tiempo juntas y habían compartidos muchos secretos, había hablado tanto de Juan Carlos que parecía que sus amigas le conocían en persona, pero la decisión estaba tomada. Ya les había contado que se volvía al pueblo con él. Además estaba decidida a montar allí su propio taller de costura al que llamaría “Amistad” para así no olvidarse nunca de ellas.
2. HABITACIÓN DE HOTEL (Por Ana Belén Vicente)
Era una chica, una chica con una vida sencilla llamada Ana, a la cual todo le iba genial, era una persona feliz, hasta que empezaron los problemas.
Tenía un buen trabajo, era cirujana, su trabajo le encantaba. Ayudar a la gente le hacía sentirse bien, pero empezó a fallar, no le iba bien con los pacientes y llegaba a casa preocupada. Su madre intentaba ayudarla, pero seguía igual. Pasó el tiempo y parecía que la cosa mejoraba, pero empezaban otros problemas.
El único apoyo que tenía era el de su madre y falleció, cosa que la destrozó más aún.
Meses después la chica conoció a alguien, alguien especial, Sergio, del cual se enamoró. Se fueron a vivir juntos, él era todo para ella, estaba muy ilusionada con esa relación y ahí parecía que la vida le sonreía. Había cambiado por completo, era otra persona distinta, el trabajo era todo un éxito y estaba genial; pensaba que ya nada le podía ir mejor, le quería muchísimo.
Hasta que cierto día, Ana, cuando llegó de trabajar le preguntó qué tal el día, que como le había ido...y él estaba serio con ella. Estuvo como unos tres meses muy raro, ella lo notaba y no paraba de preguntarle que si le pasaba algo pero Sergio lo negaba.
Cada vez que pasaba más el tiempo, él estaba más raro, y ella ya pensaba cosas muy extrañas. La pobre chica se comía la cabeza preguntándose qué le pasaría pero él no le decía nada.
Un día se sentaron a hablar porque Sergio se lo pidió, le dijo que necesitaba tiempo para pensar, entonces ésta se fue. Se fue a la habitación de un hotel. Sergio quería estar solo un tiempo.
Mientras duró esta situación, hablaban por cartas y a través de ahí le contaba lo que le pasaba. Ana se enteró de que estaba pasando por muy mal momento y de que Sergio no quería hacerle daño, no quería que ella sufriera porque al parecer, tenía una enfermedad. Ella en cuanto se enteró, fue a su casa, le dijo que le quería, que no iba a sufrir y que quería pasar todo eso a su lado, pero él se seguía negando y la chica insistía, no se cansaba. Le dijo que volviera al hotel y ella volvió pero a coger las maletas, sus cosas y volvió a su casa. Se quedó en la puerta esperando a que la abriera, pero nada, se quedó allí horas y horas hasta que al final la abrió y lo hablaron.
Entró en razón y la dejo quedarse en su casa.
Mucho tiempo después, después de haber hecho terapias y hacer lo que le decía el médico, éste se curó y todo gracias a ella. Ana habló con todos los médicos de donde trabajaba para que hicieran todo lo mejor posible y así fue.
Después, Sergio le agradeció todo lo que hizo por él y le dijo que se quería casar con ella y ésta acepto.
Los dos son muy bonitos.
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